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miércoles, 7 de julio de 2010

María I de Inglaterra - tercer parte

Eduardo VI muere de tuberculosis en julio de 1553. Eduardo VI, así como su padre Enrique VIII, no quería que María heredase la corona por miedo a que reimplantara el catolicismo y deshiciera todas las reformas hechas hasta ese momento. Por ello planea excluirla de la línea sucesoria, algo que le desaconsejan sus asesores ya que tendría que excluir también a su hermana Isabel. Guiado por John Dudley, duque de Northumberland, Eduardo VI excluye a ambas de la línea de sucesión en su testamento.
Eduardo VI alega que Lady Jane Grey, nuera de Dudley, nieta de la reina de Francia y hermana de Enrique VIII, sea la que le suceda. Sin embargo esta exclusión contradice el Acta de Sucesión de 1544 en la que restauraba a María e Isabel en la línea sucesoria. A punto de morir Eduardo VI, María había sido enviada de vuelta a Londres desde el castillo de Framlingham (Suffolk), donde se había mudado recientemente tras abandonar la residencia del Palacio de Beaulieu. Sin embargo, María dudó de que este viaje fuera solo un pretexto para ser capturada y facilitar así el ascenso de Grey al trono. Lady Grey fue proclamada reina de Inglaterra el 10 de julio de 1553 Sin embargo, sus apoyos rápidamente se debilitaron y fue destronada nueve días después. Al destronamiento de Grey le sucede la llegada triunfante aclamada por el pueblo de María, para asumir el puesto que había dejado Grey. John Dudley y Lady Grey fueron encarcelados en la Torre de Londres y finalmente ejecutados. María temía que si Lady Jane seguía viva pudiera organizar revueltas contra su reinado.


Matrimonio
A los 37 años María vuelca toda su atención en buscar marido y procrear un heredero para evitar que acceda al trono la protestante Isabel (quien todavía era su sucesora según las condiciones del testamento de Enrique VIII). María I rechaza la proposición de Eduardo Courtenay, conde de Devon, ya que tenía las perspectivas de casarse con el entonces príncipe Felipe de España, hijo de su primo Carlos V, el futuro Felipe II de España. Se dice que tras haber visto el cuadro de cuerpo entero pintado por Tiziano, María declaró haberse enamorado de él.
La ceremonia tuvo lugar en en la Catedral de Winchester el 25 de julio de 1554, dos días después de su primer encuentro. El punto de vista de Felipe II era puramente político (había declarado admirar su dignidad pero no sentía «ningún deseo carnal por ella»).

Embarazo
A los tres meses de su matrimonio María empieza a sospechar que está embarazada, viendo como su vientre aumentaba de volumen, pero el alumbramiento no llegaba y el tiempo se dilataba por lo que los médicos atribuyeron la inflamación del vientre real a una hidropesía, vulgar retención de líquidos. Su marido la convenció para que liberase a su hermana Isabel del arresto domiciliario al que se encontraba sometida probablemente para verse favorecido por ella en caso de muerte de su esposa.

Religión
María I se preocupó de asuntos relacionados con la religión: siempre rechazó la ruptura con Roma emprendida por su padre y el establecimiento del protestanismo que hizo su hermano Eduardo. Restauró las relaciones con Roma y con el hijo de su institutriz la condesa de Salisbury, el cardenal Reginal Pole, quien tras la ejecución de Thomas Cranmer fue Arzobispo de Canterbury.
María también persuadió al Parlamento para rechazar las leyes protestantes aprobadas por Enrique VIII. Para conseguir un acuerdo tuvo que hacer una importante concesión: decenas de miles de acres de tierras monacales confiscadas por su padre no serían devueltas debido a la influencia que tenían los nuevos dueños mediante esta distribución. El restablecimiento de las leyes contra los herejes fueron aprobadas en 1554. También se comenzó una reforma monetaria supervisada por Thomas Gresham para contrarestar la dramática devaluación que caracterizó los últimos años del reinado de Enrique VIII y el de su hijo Eduardo VI, aunque todas estas medidas supusieron un amplio fracaso.

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