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lunes, 23 de agosto de 2010

Jane Boleyn vizcondesa de Rochford - cuarta parte

Durante su cautiverio en la torre, fue interrogada durante varios meses, pero como era una aristócrata no podía ser torturada. Bajo presión psicológica, sin embargo, ella parece haber sufrido un colapso nervioso y a comienzo de 1542 fue declarada insana. Sus “ataques de frenesí” significaron que no podría ser sometida a juicio por su rol de facilitar los adulterios de la reina, pero desde que el rey determinó que debía ser castigada, éste implementó una ley que permitía que los insanos fueran ejecutados. Jane fue entonces condenada a muerte por el Act of Atteinder (esto es, sin juicio) y el día de la ejecución se fijó para el día 13 de febrero de 1542, el mismo día que Catalina Howard.
La reina murió primero, aparentemente en un débil estado físico, aunque no se hallaba histérica. Jane, quien había estado en el escalafón para observar la muerte de Catalina, entonces dio un discurso antes de arrodillarse en el recién usado cadalso. A pesar del colapso mental sufrido en sus últimos cinco meses de vida, se mostró calma y digna, y ambas mujeres ganaron una leve aprobación póstuma por sus comportamientos al momento de morir. Un testigo ocular, un mercader llamado Otwell Johnson, escribió que sus ‘almas [deben] estar con Dios, por ellas realizó el mas piadoso y cristiano final’. El embajador francés simplemente indicó que Jane dio un “largo discurso”; Johnson dice que ella pidió perdón por sus “varios pecados”, pero nadie apoya las leyendas posteriores de que Jane habló en detalle sobre su fenecido esposo o hermana política Ana. De acuerdo a Alison Weir, la ejecutada reina no pasaba más allá de los diecisiete años al momento de su muerte y Jane estaba alrededor de los treinta y seis.
La ejecución fue llevada a cabo solamente con un golpe de hacha y ella fue enterrada en la Torre de Londres junto a Catalina Howard, y muy cerca de los cuerpos de George y Ana Bolena.

Jane Boleyn vizcondesa de Rochford - tercera parte

Después de la ejecución de su marido, lady Rochford estuvo ausente de la corte por un tiempo, durante el cual gastó mucho de su tiempo en intentar estabilizar su situación financiera, la cual logró a través de negociaciones con su padre político, padre, pero principalmente con Thomas Cromwell, primer ministro del rey. Los Bolena eventualmente le asignaron una considerable pensión anual de £100, precisamente lo que ellos le habían dado a su hija mayor, María, cuando enviudó ocho años antes. Esta cantidad de dinero no se acercaba por ninguna parte a la que habia recibido cuando fue hermana política de la reina consorte Ana, pero era suficiente para financiar una moderada vida de clase alta, esencialmente para poder volver a la vida de la corte, lo cual fue algo en lo que Jane trabajó obstinadamente entre 1536 y 1537. Se desconoce una fecha exacta de su regreso a la corte, pero si se sabe que lo hizo como dama de honor de la reina Jane Seymour, lo que significa que volvió en el transcurso de poco menos de un año después de la muerte de su esposo. Como vizcondesa, le fue permitido traer un grupo de sus sirvientes con ella, alojándose en palacio como Lady Rochford. Finas comidas le fueron servidas cada día del presupuesto de la casa de la reina.
Después de la muerte de Jane Seymour, el rey subsecuentemente se casó con una princesa germana, Ana de Cleves, y lady Rochford testificaría más tarde en julio de 1540 para ayudar al rey a poder divorciarse de ella, declarando que su reina le confió a ella que su matrimonio nunca se había consumado. Esto le permitió a Enrique anular su unión con Ana de Cleves y casarse con su muy joven amante, Catalina Howard.
Lady Rochford mantuvo su puesto como dama de honor de la nueva reina y ejerció una considerable influencia sobre ella, convirtiéndose eventualmente en una de sus favoritas. Cuando la joven reina se halló aburrida con su viejo y obeso marido el rey, fue lady Rochford quien ayudó a organizar encuentros entre la reina Catalina Howard y el apuesto cortesano Thomas Culpepper. Catalina más tarde confesaría el no haber llegado virgen al matrimonio, sin embargo hay algunas dudas en cuanto a si realmente la relación de Catalina con Culpepper fue sexualmente consumada. La aventura progresó con la ayuda de Lady Rochford durante la visita real al norte en 1541, pero el pasado de Catalina fue destapado en el otoño y una investigación fue lanzada en torno a su vida privada. Primeramente, la reina fue detenida en sus aposentos y luego fue puesta bajó arresto domiciliario en la Abadía de Syon, un convento fuera de uso lejos de la corte. Sus confidentes y sirvientes fueron interrogados y sus aposentos fueron allanados, muchos de los sirvientes y damas de honor recordaron haber notado un sospechoso comportamiento en Lady Rochford con Catalina y Culpepper, lo que dio como resultado su detención para ser interrogada. Subsecuentemente, una carta de amor de Catalina para Culpepper fue descubierta en la que se menciona el rol de Jane arreglando sus encuentros. Este fue un crimen de “misprision of treason” (algo así como cómplice de traición), el cual en la Inglaterra de los Tudor llevaba a la pena de muerte. Jane fue llevada a la Torre de Londres y estuvo en prisión por varios meses, mientras el gobierno decidía como y cuando proceder en contra de la acusada.

Jane Boleyn vizcondesa de Rochford - segunda parte

Esta negativa visión de Jane es rechazada por su única biógrafa moderna, Julia Fox, quien cree que Jane gozó de una cálida relación de apoyo y esto fue el terror del golpe de palacio en contra de los Bolena en 1536 que provocó el testimonio de Jane, el cual fue torcido por los enemigos de su familia de todos modos. Sobre la caída de los Bolena, Fox escribe:
“Lady Rochford se encontró arrastrada a un torbellino de intrigas, insinuación y especulación. Para cuando Cromwell fue en busca de Jane, él ya tenía una gran parte de lo que necesitaba, no sólo para hacer caer a Ana y su círculo, sino que también para hacer posible el matrimonio del rey con Jane Seymour… Las preguntas para Jane habrían venido de una manera densa y rápida… Enfrentadas con cierta implacabilidad, incesantes cuestionamientos, de las cuales no tenía otra opción más que responder… Jane habría buscado en su memoría cualquier pequeñísimo incidente que le ocurriese… [Pero] ella se había torcido bajo la presión del implacable interrogatorio… Y fue su debilidad bajo el interrogatorio la que le dio a sus futuros detractores – felices de encontrar un salvoconducto para exonerar al rey del atroz cargo de matar insensiblemente a su inocente esposa – las municiones para mantener eso que era su evidencia que había engañado a Enrique, y destruido a Ana y George…”.

George Boleyn fue decapitado en Tower Hill el 17 de mayo de 1536, ante una gran multitud, su discurso final se vio principalmente afectado al promover su recién descubierta fe protestante. Cuatro hombres mas, uno de ellos un plebeyo, fueron ejecutados junto a él, también acusados de ser amantes de Ana Bolena. Sólo el plebeyo, un músico, confesó y lo hizo bajo la acción de feroces torturas (los miembros de la aristocracia y la baja nobleza no podían ser legalmente torturados). Ana fue ejecutada dos días después, decapitada por un verdugo francés, hábil con la espada, dentro de las murallas de la Torre de Londres. La historiadora Julia Fox describe la muerte de Ana como “su última presentación”. Su equilibrio y coraje en el cadalso fue muy comentado y la opinión pública en las semanas y meses después a menudo “hicieron de Ana una perseguida heroína, brillando con la promesa y calidad de una joven mujer, hermosa y elegante”. No es sabido si Jane presenció la ejecución de su esposo o de su hermana política, pero la compasión póstuma por Ana despertó en muchos (particularmente sentimentalistas) el significado de que muchos de los que se vincularon a su caída fueron encasillados en el papel de villanos. De acuerdo a la historiadora Julia Fox, esta actitud explica como las acciones de Jane se interpretaron como las de un ser cruel y celosamente conspirador.
Independientemente de la verdad de la participación de Jane en la caída de los Bolena, o sus sentimientos inmiscuidos en ésta, la inmediata secuela fue muy dura para ella, tanto financieramente como socialmente. Las tierras que los Bolena se habían adjudicado durante el reinado de Ana y durante las últimas cuatro generaciones, incluyendo los títulos de conde de Wiltshire y conde de Ormonde podrían pasar sólo por la línea masculina, y fueron pérdidos por la familia con la muerte de George. Jane mantuvo el título de vizcondesa de Rochford pero sin un hijo realmente no podía beneficiarse con lo que había retenido de la fortuna de la familia Bolena.

Jane Boleyn,vizcondesa de Rochford- primer parte

(Juana Bolena), vizcondesa de Rochford (c. 1505 – 13 de febrero de 1542) fue una noble inglesa que vivió en el reinado de Enrique VIII. Fue hermana política de Ana Bolena, segunda esposa del rey, y dama de honor de su quinta esposa Catalina Howard, con quien fue ejecutada en 1542 por alta traición. Nacida bajo el nombre de Jane Parker, fue la hija de Henry Parker, X barón de Morley, y de Alice St. John (la hija mayor de sir John St. John). Nació en Norfolk, Inglaterra alrededor del año 1505 y su familia tuvo un gran poder monetario, estaban bastante unidos y políticamente activos, además de ser respetados miembros de la clase alta inglesa. Su padre fue un intelectual con un gran interés en la cultura y la educación. Fue enviada a la corte en su temprana juventud, ciertamente antes de los quince años, donde fue asignada a la casa de Catalina de Aragón, la esposa de Enrique VIII en ese momento. Es recordada por haber sido acompañante real en la fiesta de la famosa visita de estado a Francia en 1520, que fue conocida como “The Field of the Cloth of Gold” (el campo de la tela de oro).
No hay retrato sobreviviente que haga identificar físicamente a Jane. Sin embargo, debió de ser bonita, dado que fue escogida para ser una de las actrices/bailarinas principales en la prestigiosa obra “Château Vert”, estrenada en la corte en 1522, y sería inconcebible que alguna de las siete damas escogidas para representar las siete virtudes femeninas fuese poco atractiva. A finales de 1524 o principios de 1525, fue casada con George Boleyn, vizconde de Rochford, hermano de Ana Bolena, que sería más tarde la segunda esposa del rey Enrique VIII. En este escenario, sin embargo, Ana todavía no estaba enlazada con el rey, aunque ella ya era un icono de la moda de la época. Un historiador escribió que Ana era “la cortesana perfecta… su carruaje estaba lleno de gracia y sus ropas eran complacientes y elegantes, bailaba con facilidad, cantaba placenteramente, tocaba el laúd y varios otros instrumentos musicales bien, y hablaba francés fluidamente… una notable, inteligente y audaz mujer noble… que primero cautivaba a la gente con una conversación y luego los entretenía. Era simple ver que su energía y vitalidad la hacían ser el centro de atención de cualquier reunión social”. Estos primeros encuentros con la sofisticada y glamorosa Ana ayudaron a crear la leyenda de que Jane inmediatamente la odió. Sin embargo, si esto fuera cierto, no hay pruebas de ello para la época ni para varios años venideros.
Como la riqueza y la influencia de la familia Bolena aumentaba, la pareja tomó el palacio de Beaulieu como su residencia principal, la cual decoraron con una pródiga capilla, una cancha de tenis, un baño con flujos de agua caliente y helada, alfombras importadas, muebles de caoba y su gran colección de platería. Tradicionalmente, el matrimonio de Jane y George ha sido retratado como infeliz. Un historiador moderno sugiere que Boleyn habría sido homosexual, lo que explicaría el por qué de un matrimonio tan miserable.
La exacta naturaleza de su relación con su hermana política real tampoco está precisamente clara y no hay absolutamente ninguna evidencia de qué es lo que pensaba acerca de su otra hermana política, María Bolena, quien había estado en la corte con ella desde que eran muy jóvenes. Generalmente asumido es el hecho de que Jane no era demasiado cariñosa con Ana, se dice que era producto de los celos de que sentía hacia ella. A pesar de todo, Jane conspiró junto a su hermana política Ana para expulsar a una dama no identificada de la corte en 1534. Cuando el rey descubrió la participación de Jane, ésta se exilió a sí misma durante unos pocos meses.
Después de once años de matrimonio, George fue arrestado en mayo de 1536 y encerrado en la Torre de Londres, acusado de mantener relaciones sexuales con su hermana, la reina. Se supone que el testimonio de Jane ayudó a la acusación de su esposo por incesto y traición, declarando que ella creía que él y Ana estaban envueltos en relaciones sexuales desde el invierno de 1535, e implicando fuertemente que George sería el padre del feto abortado por la reina a principios de 1536. No hay evidencias para aseverar estos rumores de acuerdo a la vasta cantidad de testigos contemporáneos, aunque éstos proveyeron el pretexto legal de que los enemigos de los Bolena necesitaban mandar a lord Rochford al cadalso.

Maria tudor, cuarta parte

Las persecuciones religiosas duraron casi cuatro años, en los que numerosos líderes protestantes fueron ejecutados, otros tuvieron que exiliarse y cerca de 800 permanecieron en el país. Entre los ejecutados se encuentra John Rogers (4 de febrero de 1555); el arzobispo de Canterbury Thomas Cranmer; Nicholas Ridley, obispo de Londres y el reformista Hugh Latimer. Aunque no existe unanimidad acerca del número de condenados, John Foxe calcula en su Libro de los mártires que 284 personas fueron ejecutadas por cuestiones de fe.
Durante su reinado sufrió dos falsos embarazos, por lo que se especuló que podría deberse a la presión por crear un heredero, aunque los síntomas físicos, entre los que se incluía lactancia y luego la pérdida de visión, hacían sospechar de que se trataba de algún desorden hormonal, tal como un tumor de la glándula pituitaria.
María I decretó en su testamento que su marido debería adquirir la regencia en caso de que su descendencia no hubiera cumplido la mayoría de edad.
Su muerte se produjo el 17 de noviembre de 1558 en el Palacio de St. James. A pesar de que su testamento recogía su voluntad de ser enterrada junto a su madre, finalmente fue enterrada en la Abadía de Westminster, que más tarde compartiría con Isabel I.


.18 de febrero de 1516 - 23 de mayo de 1533: Princesa María Tudor Princess Mary of England.
.23 de mayo de 1533 - 19 de julio de 1553: Lady María Tudor.
.19 de julio de 1553 - 17 de noviembre de 1558: Su Majestad la Reina de Inglaterra e Irlanda.
.16 de enero de 1556 - 17 de noviembre de 1558: Su Majestad la Reina de España y Sicilia.

miércoles, 7 de julio de 2010

María I de Inglaterra - tercer parte

Eduardo VI muere de tuberculosis en julio de 1553. Eduardo VI, así como su padre Enrique VIII, no quería que María heredase la corona por miedo a que reimplantara el catolicismo y deshiciera todas las reformas hechas hasta ese momento. Por ello planea excluirla de la línea sucesoria, algo que le desaconsejan sus asesores ya que tendría que excluir también a su hermana Isabel. Guiado por John Dudley, duque de Northumberland, Eduardo VI excluye a ambas de la línea de sucesión en su testamento.
Eduardo VI alega que Lady Jane Grey, nuera de Dudley, nieta de la reina de Francia y hermana de Enrique VIII, sea la que le suceda. Sin embargo esta exclusión contradice el Acta de Sucesión de 1544 en la que restauraba a María e Isabel en la línea sucesoria. A punto de morir Eduardo VI, María había sido enviada de vuelta a Londres desde el castillo de Framlingham (Suffolk), donde se había mudado recientemente tras abandonar la residencia del Palacio de Beaulieu. Sin embargo, María dudó de que este viaje fuera solo un pretexto para ser capturada y facilitar así el ascenso de Grey al trono. Lady Grey fue proclamada reina de Inglaterra el 10 de julio de 1553 Sin embargo, sus apoyos rápidamente se debilitaron y fue destronada nueve días después. Al destronamiento de Grey le sucede la llegada triunfante aclamada por el pueblo de María, para asumir el puesto que había dejado Grey. John Dudley y Lady Grey fueron encarcelados en la Torre de Londres y finalmente ejecutados. María temía que si Lady Jane seguía viva pudiera organizar revueltas contra su reinado.


Matrimonio
A los 37 años María vuelca toda su atención en buscar marido y procrear un heredero para evitar que acceda al trono la protestante Isabel (quien todavía era su sucesora según las condiciones del testamento de Enrique VIII). María I rechaza la proposición de Eduardo Courtenay, conde de Devon, ya que tenía las perspectivas de casarse con el entonces príncipe Felipe de España, hijo de su primo Carlos V, el futuro Felipe II de España. Se dice que tras haber visto el cuadro de cuerpo entero pintado por Tiziano, María declaró haberse enamorado de él.
La ceremonia tuvo lugar en en la Catedral de Winchester el 25 de julio de 1554, dos días después de su primer encuentro. El punto de vista de Felipe II era puramente político (había declarado admirar su dignidad pero no sentía «ningún deseo carnal por ella»).

Embarazo
A los tres meses de su matrimonio María empieza a sospechar que está embarazada, viendo como su vientre aumentaba de volumen, pero el alumbramiento no llegaba y el tiempo se dilataba por lo que los médicos atribuyeron la inflamación del vientre real a una hidropesía, vulgar retención de líquidos. Su marido la convenció para que liberase a su hermana Isabel del arresto domiciliario al que se encontraba sometida probablemente para verse favorecido por ella en caso de muerte de su esposa.

Religión
María I se preocupó de asuntos relacionados con la religión: siempre rechazó la ruptura con Roma emprendida por su padre y el establecimiento del protestanismo que hizo su hermano Eduardo. Restauró las relaciones con Roma y con el hijo de su institutriz la condesa de Salisbury, el cardenal Reginal Pole, quien tras la ejecución de Thomas Cranmer fue Arzobispo de Canterbury.
María también persuadió al Parlamento para rechazar las leyes protestantes aprobadas por Enrique VIII. Para conseguir un acuerdo tuvo que hacer una importante concesión: decenas de miles de acres de tierras monacales confiscadas por su padre no serían devueltas debido a la influencia que tenían los nuevos dueños mediante esta distribución. El restablecimiento de las leyes contra los herejes fueron aprobadas en 1554. También se comenzó una reforma monetaria supervisada por Thomas Gresham para contrarestar la dramática devaluación que caracterizó los últimos años del reinado de Enrique VIII y el de su hijo Eduardo VI, aunque todas estas medidas supusieron un amplio fracaso.

María I de Inglaterra - segunda parte

A pesar de sus problemas de salud, fue una niña precoz. Gran parte del reconocimiento de su esmerada educación se la debe a su madre, quien contó para ello con el erudito Juan Luis Vives. También estudió griego, ciencias y música. En julio de 1521, con apenas cinco años y medio, entretenía a las visitas tocando el virginal, un pequeño clavicémbalo. Enrique VIII la adoraba y alardeaba frente a sus amistades de su buen comportamiento. A la edad de nueve años, su padre le donó su propia corte en el Castillo de Ludlow, así como varias Prerogativas Reales, solo concedidas al Príncipe de Gales, llamándola incluso Princesa de Gales. En 1526, fue enviada a Gales para presidir el Consejo de Gales y las Marcas. A pesar del afecto que le profesaba, Enrique VIII estaba decepcionado por la ausencia de hijos varones.Durante su infancia Enrique VIII negoció posibles matrimonios para su hija. Cuando solo tenía dos años fue prometida al hijo del rey de Francia Francisco I, pero tres años después se canceló el trato. En 1522 se acordó el Tratado de Windsor por el que se casaría con su primo, el emperador Carlos V, que por entonces contaba con 22 años. Sin embargo, el compromiso se rompió años después. Fue entonces cuando se sugirió la boda con el padre del delfín de Francia, Francisco I, quien deseaba una alianza con Inglaterra. Un tratado de matrimonio se firmó en el que se estipulaba que María se casaría con Francisco I o su segundo hijo Henry, duque de Orléans. Sin embargo, el cardenal Wolsey, consejero jefe de Enrique VIII, consiguió asegurar la alianza sin el matrimonio. Mientras, el matrimonio de los padres de María estaba en peligro debido a la falta del heredero varón. El rey intentó la anulación, pero el Papa Clemente VII lo rechazó. Se especula con que la decisión del Papa estuvo influida por el antiguo prometido y sobrino de la madre de María, Carlos V. Enrique VIII había alegado consanguinidad (a pesar del debate sobre la posible consumación del matrimonio), ya que su esposa había estado casada anteriormente con su hermano Arturo. En 1533 Enrique VIII se casó en secreto con Ana Bolena y más tarde el matrimonio con Catalina fue declarado inválido. Enrique entonces rompe relaciones con la Iglesia Católica y se proclamó cabeza de la Iglesia Anglicana. Como consecuencia de ello,Catalina de Aragón perdió su título de reina pero mantuvo el de Princesa viuda de Gales, título que llevaría como viuda del príncipe Arturo. María fue declarada ilegítima, pasó a recibir el trato de Lady María y se desterró de la línea de sucesión, ocupando su puesto su hermanastra, la hija de Ana Bolena, la futura Isabel I. María fue expulsada de la Corte, así como sus sirvientes de sus trabajos y fue obligada a servir como dama de compañía de Isabel I. No se le permitió ver a su madre ni asistir a su funeral en 1536. Se dice que la razón del frío comportamiento hacia su hermanastra Isabel se debió al trato que recibió durante estos años.
Cuando Ana Bolena fue decapitada, Isabel perdió su tratamiento de princesa, pasó a ser tratada como Lady Isabel y fue eliminada de la línea de sucesión. Pocos días después de la muerte de Ana, Enrique VIII se casó con Jane Seymour, quien murió tras dar a luz a un varón, el futuro Eduardo VI. María fue la madrina y presidió el duelo en su funeral . En respuesta a este gesto, Eduardo VI le concedió una casa y le permitió residir en los palacios reales. La publicación de los gastos personales que hizo durante ese periodo demuestran que residió en Hatfield House, en el Palacio de Beaulieu, también llamado Newhall, Richmond y Hunsdon.
En 1543 Enrique VIII se casó por sexta vez, en esta ocasión con Catalina Parr, quien consiguió unir a toda la familia. Un año después, mediante el acta de sucesión Enrique VIII volvió a incluir a sus dos hijas en la línea de sucesión detrás de su hermano Eduardo, a pesar de seguir siendo ilegítimas de manera oficial.
Enrique VIII muere en 1547 y su hijo Eduardo VI le sucede. Puesto que todavía es menor, la regencia pasa a un consejo dominado por protestantes que intentó implantar su fe en todo el país.